ATENCION: PADRES, MADRES Y DEPORTE

 

¿Cuál debe ser nuestro comportamiento ante la práctica deportiva de nuestro hijo? En primer lugar, elegir lo mejor posible:

1. Dar varias opciones de práctica, así asumirá el compromiso de su elección. La heterogeneidad del deporte nos permitirá encontrar opciones adaptadas a las características de nuestro hijo.

2. No debemos elegir la actividad más cómoda para nosotros, ese no puede ser el criterio de elección.

3. Asegurarnos la calidad de la actividad, sobre todo en lo referente a la formación y experiencia de los técnicos. No busquemos adiestradores sino educadores.

4. Nuestro hijo debe notar nuestro interés por lo que hace, es motivo de satisfacción para él y fijará su hábito.

5. No somos los protagonistas, solo los invitados.

6. Respetar las acciones y decisiones del técnico deportivo responsable de nuestro hijo, al igual que hacemos con sus profesores. No hacerlo implicará que nuestro hijo pierda la confianza y el respecto por él. Evidentemente, ese no es un buen mensaje educativo.

En la competición:

7. Somos invisibles. El niño debe saber que estamos ahí, apoyándole y solo interactuar con él esporádicamente y con el único objetivo de motivarle en la práctica. El niño también aprende a ser independiente, a romper los lazos con sus progenitores, como digo de manera experimental y controlada. Que el niño no busque la aprobación de sus padres a lo que hace con su mirada.

8. Dicho lo anterior, no debería ser necesario comentar que es nuestra responsabilidad comportarnos de manera correcta, nunca de manera maleducada dirigiéndonos a los deportistas, entrenadores o árbitros/jueces. No debía ser necesario comentarlo, sin embargo lo es. No es tan común, vayámonos a las estadísticas, pero si es muy notorio verlo en las competiciones escolares.

9. Dar más valor a su actuación que al resultado. Ser crítico respecto a su actitud durante la competición, al igual que en otros aspectos de su educación, dando nuestra opinión sobre lo que ha estado bien y lo que no lo ha estado tanto. Pero todo esto, ya fuera de la instalación deportiva, en el ambiente familiar.

10. ¡Ah! Y de pensar que tenemos un futuro profesional del deporte en la familia, nada. Son muchas las variables que influyen en eso. Las mismas que para que nuestro hijo sea un buen cirujano, arquitecto, fontanero o astronauta. Pongamos los mimbres para una buena educación deportiva y con eso contribuiremos a su mejor formación. Con eso, llegaremos a buen fin. El resto no está en nuestras manos. 

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